domingo, 8 de agosto de 2010

Salzburgo I - Gluck, Orfeo & Muti




(Elisabeth Kulman, como Orfeo, em Salzburgo)

Muti-vedeta brilha em Salzburgo, ofuscando tudo e todos: intérpretes, encenador and so on. Eis a crónica do Orfeo ed Euridice, de Gluck, d'après Riccardo Muti:

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Hasta cierto punto supone también una recuperación histórica la ópera Orfeo y Eurídice, de Gluck, que anteayer dirigió magistralmente Riccardo Muti después de más de medio siglo sin representarse en Salzburgo, entonces de la mano de Karajan. Bien es verdad que Gardiner había estado al frente de una versión concertante, con su orquesta y coro habituales, en 1990, pero para la escena, esta ópera estaba prácticamente desaparecida, después de una década como la de los treinta en la que Bruno Walter la había dirigido en 1931, 1932, 1933, 1936 y 1937, bien con la puesta en escena de Karl Heinz Martin o bien con la de Margarete Wallmann. De 1938 a 1944 fueron los años de influencia nazi. Únicamente Krips y Karajan la dirigirían hasta 1959 despues de la muerte de Hitler. Muti ha tomado el relevo.

La ópera de Gluck lleva asociada en la memoria colectiva el aria de Orfeo Che faró senza Eurídice?, que Elisabeth Kulman cantó con sensibilidad. Con el maestro Muti deberíamos señalar algo parecido: "¿Qué haríamos sin Muti?". La verdad es que el director napolitano se ha convertido en la estrella mediática del festival. Figura como el mejor director de orquesta en la encuesta anual de la revista Festspiele, por encima de Abbado y Thielemann; a comienzos del otoño afronta los conciertos inaugurales como director de la Sinfónica de Chicago; dirige el Festival de Pentecostés de Salzburgo, y se va a hacer cargo de la Ópera de Roma. Hace un par de décadas se le veía como el sucesor de Karajan en Salzburgo y en el camino se cruzó Mortier. Ahora los dos son buenos amigos. En la nueva producción de Orfeo y Eurídice, Muti estuvo colosal al frente de la Filarmónica de Viena. Los cantantes se mostraron tan correctos como distantes, el Coro de la Ópera de Viena realizó una prestación admirable y Dietern Dorn presentó una puesta en escena de una cursilería casi ofensiva, con una coreografía de Ramses Sigl tan pretenciosa como inoportuna.

Una parte del espectáculo estaba, en cualquier caso, en la sala. Aunque días antes se había representado la nueva ópera de Wolfgang Rihm, la presencia de Muti y la Filarmónica de Viena confería a la representación de Orfeo y Eurídice el ambiente de "verdadera" inauguración del festival. Era, cómo decirlo, la imagen del imperio de lo efímero, del poder económico, de la necesidad de ostentación en tiempos de crisis.
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2 comentários:

Raul disse...

O "meu" Orfeu e Eurídice, versão italiana, é dirigido pelo Muti e tem no elenco Agnes Baltsa, Margareth Marshall (onde está esta grande cantora?) e Edita Gruberova. Sempre gostei muito desta gravação. O coro é explêndido.

J. Ildefonso. disse...

Também conheço essa gravação de que gosto muito. O Muti dirige bem a música dessa época. Já a sua Clemencia de Tito é bastante boa se bem que completamente diferente do que é usual hoje em dia.